Publicado
26/3/23
en
La Razón
La compañía contribuye al desarrollo de los territorio s donde está presente.
Cuando Lamberto Camacho comenzó su andadura profesional, hace dos décadas, en el sector de las energías renovables, concretamente en el de la solar fotovoltaica, lo que encontró bien se podía asemejar al Salvaje Oeste. Pese a no existir por aquel entonces un enfoque de inversión claro y a no haber una preocupación relevante por el medioambiente, supo leer muy bien el futuro de la industria y los derroteros por los que discurriría. Su interés por la energía limpia lo llevó a viajar por todo el mundo, sustituyendo los viejos generadores diésel por otros que aprovechaban la energía del sol. De esta forma, realizó instalaciones de equipos portátiles en algunos de los países más peligrosos de África y también en América y Asia. Aquellas experiencias le sirvieron para entender y crecer junto a un sector que, hoy en día, es una de las palancas que impulsan el crecimiento del futuro. Actualmente, es consejero de Ibox Energy, una empresa centrada en el desarrollo de plantas de energía fotovoltaica con una operativa responsable, que busca generar un impacto positivo en el ámbito social, económico y medioambiental.
¿Qué diferencia a lbox Energy de otras compañías del sector?
No solo implantamos parques fotovoltaicos sin más, sino que tenemos un compromiso con todos los territorios en los que estamos presentes. Invertimos tratando de mitigar el impacto del CO2. Tenemos un compromiso muy relevante en ESG, porque la gente reclama inversiones rentables y duraderas en sus comunidades. A partir de esa certeza moral, en España hemos desarrollado una cartera muy importante de proyectos distribuidos por 15 provincias.
¿Cómo están implicados con estos territorios en los que despliegan sus proyectos?
Fomentamos el desarrollo de comunidades energéticas, incentivamos el autoconsumo y formamos a sus habitantes. Nuestro plan siempre ha sido desarrollar la capacidad de los territorios donde estamos implicados para poder contar con ellos, y para que la gente tenga mentalidad de que controla la inversión en sus poblaciones.
¿Cómo ha sido la evolución del sector?
Empezamos con un mercado muy especulativo. El Gobierno se dio cuenta e intentó poner candados, pero se le pasó la mano. Quizá porque no entendía a fondo en qué consiste un mercado energético libre. Ahora, el Ejecutivo tiene más experiencia y está intentando recuperar el ritmo perdido en los últimos años. Creo que ahora, por fin, mercado y política van a la par.
¿El marco jurídico y fiscal actual favorece las inversiones?
Creemos en la estabilidad de España a largo plazo, pero está claro que hay colapso en la Administración en la tramitación de solicitudes de nuevos proyectos. España es uno de los países más atractivos para invertir en renovables, de hecho es el primero PPAs (Power Purchase Agreement), lo que requiere que tengamos apoyo, aunque sea solo en sacar el papelito. El Gobierno debería tener una postura más dinámica. Tampoco sabemos cuál será la vía para conseguir nueva capacidad al mercado, una situación que causa especulación porque la gente está comprando lo que hay. Así es muy difícil hacer una planificación.
¿Por dónde pasa la estrategia de Ibox Energy?
Hemos puesto el foco en innovar y diversificar para poder darle a consumidor energía estable, barata y segura. Estamos trabajando en invertir en baterías y tenemos un plan para entrar en biogás, tecnologías que hace dos años no existían y que, ahora, son un enfoque principal para nosotros. Gracias a todo ello, hemos conseguido formar parte de la estrategia energética de España, que tiene como objetivo independizar al país de energía extranjera. Sin duda, un gran reto.
¿Qué papel tiene que jugar España en la estrategia energética europea?
España se debe convertir en la batería renovable de Europa, la que produzca la energía limpia del continente, porque reúne todos los recursos para ser estratégica en el futuro energético de Europa.
Echando la vista a atrás, el tiempo le ha dado la razón en su apuesta decidida por la energía limpia...
El impuesto al sol frenó la inversión, pero, a diferencia de hace 15 años, la fotovoltaica ya no es un laboratorio de investigación, sino una tecnología rentable. Los bancos saben que es fiable, por lo que el coste de financiación ya está a la par con cualquier otra tecnología del mercado. Si se compara el coste de producción de gas y fotovoltaica, no solo es más barata, sino que no depende del suministro árabe o ruso para funcionar. El coste de la tecnología se ha reducido y su tecnología es fiable, lo que hace que difícilmente la tecnología sucia pueda competir, más si te cobran el CO2. El mix cada día es más y más renovable, y lo seguirá siendo. El futuro pinta verde.
Ibox Energy es una compañía miembro de UNEF (Unión Española Fotovoltaica) y de APPA (Asociación de Empresas de Energías Renovables)
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